Cuando se es un emprendedor o se trabaja como freelancer (de manera independiente) tenemos la libertad de manejar nuestra agenda y lista de responsabilidades a nuestro antojo. Sin embargo, a veces esto puede resultar contraproducente en los momentos en los que nuestra voluntad flaquea, y es en ese punto donde preferimos dejar las cosas para mañana.
La procrastinación es un término que surgió para ponerle nombre al efecto de utilizar en ocio el tiempo valioso, a la vez que tenemos actividades pendientes. Básicamente, es aplazar la realización de tareas sin razón aparente más que la flojera. Una de las razones por las que este fenómeno surge es por la falta de organización.
Si crees que tienes este problema y te gustaría superarlo, sigue leyendo porque a continuación encontrarás 4 trucos que te ayudarán a no permitir que el procrastinar se convierta en una constante en tu vida:
1.- Concéntrate en las tareas individualmente: a veces una de las maneras por las cuales perdemos el enfoque es que pensamos que hay tantas cosas que hacer y no sabemos por dónde empezar. Trata de individualizar las actividades en vez de ver el panorama general solamente. Si organizas todos tus pendientes en forma de lista y luego vas concentrándote en cada uno de ellos, verás cómo tu productividad aumentará mientras la cantidad de tiempo malgastado se reduce proporcionalmente.
En vez de “Realizar mantenimiento en el jardín”, escribe “Limpiar las macetas, podar el césped y regar las plantas”. A medida que tildes cada una de las tareas como realizadas, te estarás dando ánimo para continuar.
2.-Organiza tu día: esto lo puedes hacer fijándote metas con respecto al tiempo. Coloca los minutos que le dedicarás a cada una de las actividades para que te motives a realizarlas sin darle tantas vueltas al asunto. Si tienes una agenda organizada y en ella te otorgas 2 horas para escribir un ensayo, sabrás que no puedes ponerte a tontear frente al lápiz y el papel porque tienes un tiempo finito disponible para esa tarea.
La mente humana tiene inclinación natural para caer en la distracción, pero si te estableces horas, días, fechas específicas para terminar tus actividades (en cualquier aspecto de tu vida) tu cerebro comprenderá con más claridad la necesidad de ponerte manos a la obra.
3.- Ser productivo no significa renunciar a lo que te gusta: cuando hay actividades que te gustan mucho como leer, jugar a los videojuegos –o alguna otra- y por ellas dejas de cumplir con tus responsabilidades o las haces a última hora corriendo, ya tienes un impulso con el que tal vez otras personas desmotivadas no cuentan. Una razón para buscar tener tiempo libre y, lo más importante, ¡libre de estrés!
Cuando has realizado todas las tareas que tenías preparadas para tu día podrás dedicarte a las cosas que te gustan sin el apremio de que hay algo más que deberías estar haciendo. Aunque no lo creas, esa constante presión puede causar otros síntomas nocivos según Gananci.
4.- Enfócate en finalizar: uno de los consejos más utilizado por los expertos es que decidas y trabajes en pro de terminar la tarea o al menos las fases de la tarea que te hayas propuesto. Hay personas que se estancan porque no creen que les esté saliendo bien o quieren esperar hasta tener todos los elementos a su favor. Si estás esperando por alguien, ese proceso puede llevar mucho tiempo, enfócate en terminar tu parte así no quede perfecta, ya después vendrá el momento de perfeccionar tu creación. Si sigues esperando porque los planetas se alineen para empezar o terminar tu proyecto, estás perdiendo el tiempo.
Aparte de los consejos anteriores, lo más importante es la voluntad, esa firmeza de sobreponerse a veces a los propios instintos y actuar no a lo que nos dice nuestro cuerpo sino a lo que la razón nos dicta. Esto es lo que diferencia a la gente que cumple sus metas de los que no. ¿A cuál grupo quieres pertenecer?
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