¿Cómo estimular el buen trato en la familia? | La Nota Latina

¿Cómo estimular el buen trato en la familia?

 

El apoyo a lo que es una causa mundial como es la erradicación de la violencia, ha sumado voluntades como la de la O.N.U. quien ha señalado los días 19 y 25 de noviembre, como fechas de concientización a la humanidad sobre dos particulares tipos de violencia: hacia los niños y hacia las mujeres. Sin embargo, si bien es necesario conocer la realidad presentada en cifras, más importante aún, es aprender a desarrollar un estilo de vida y pautas de interacción humana, que nos alejen de esa vivencia. Por tal razón, cual me hago partícipe de la campaña emprendida por la Asociación Afecto Venezuela (@afectovenezuela), que para este mes de noviembre, promueve una campaña del “Buen Trato”.

Como ya he dicho con anterioridad, la familia es nuestro primer laboratorio social, ya que en ella experimentamos y ensayamos nuestro modo particular de percibir y actuar hacia las demás personas y hacia el mundo. Mientras más pequeños, el ser espectadores predomina sobre nuestras acciones, “alimentándonos” de los comportamientos de los mayores de la familia quienes en gran medida, modelan nuestro patrón de actuar y reaccionar. Por tanto, el tratar “bien” a las demás personas, el poseer “buen trato”, lo aprendemos en la familia, ella es nuestra primera y principal escuela.

Pero, ¿qué es el buen trato? ¿Cómo estimularlo en la familia? Tomando en cuenta la amplitud del término, vamos a considerar que el término “bueno”, está relacionado con bondadoso, grato y sano, tal como lo indican las acepciones dadas por diccionarios. Entonces, estaríamos hablando que buen trato, sería toda interacción que, basada en la bondad de quien realiza una acción, promueve reacciones de agrado de la persona que recibe dicha acción. La familia debería ser, por tanto, el primer espacio donde predomine y se estimulen las acciones que busquen el bienestar del otro, sobre todo, porque supone una cercanía de personas basadas en el amor compartido. Los padres, actores principales de la vida familiar, deben expresarse buen trato entre ellos mismos y consecuentemente hacia los hijos.

Las acciones de buen trato en la familia contribuyen al logro de la finalidad familiar de preservación (Paz, 2011) *, por medio de la cual, la familia busca su permanencia y trascendencia en el tiempo como unidad social con historia particular. Dicha finalidad se encuentran fundamentada en el cumplimiento de las funciones parentales de cuidado, apoyo y control, y en la pareja, las de compromiso afectivo y responsabilidad compartida.

En el caso de los padres, cuando se habla de funciones de cuidado, se consideran todos los actos que busquen preservar la integridad física y emocional de los hijos, a través de la satisfacción de las necesidades de alimentación, salud, valoración, vestido, abrigo, educación y recreación, adecuándola a cada nivel de edad. Cuando hablamos de la función parental de apoyo, hacemos alusión al estímulo de las capacidades, talentos, sueños y aspiraciones de nuestros hijos; mientras que las funciones de control se encuentran reflejadas en límites definidos, normas claras y acuerdos en cuanto a las pautas de crianza, que deben ser acordadas por la pareja para lograr organización en la vida familiar.

Como inicialmente se dijo, dentro de la familia, el buen trato comienza con la pareja, quien modela con su comportamiento la futura conducta de los hijos. Las funciones que estos cumplen entre sí se encuentran sintetizadas en tener confianza o certeza del compromiso afectivo establecido, y con él, las consecuentes manifestaciones de afecto, valoración, respeto y honestidad que se provean, pero igualmente está, la función de compartir la responsabilidad en cuanto a las tareas que, constituir una familia, trae consigo.

Tales funciones, tanto parentales como de pareja, deben estar acompañadas de mediaciones emocionales que terminan de definirlas como de buen trato, siendo estas mediaciones: la expresión de afectos agradables, la consideración a las particularidades de los miembros de la familia y el respeto al otro, donde necesariamente, la comunicación se convierte en vía y vehículo por el cual se desarrolla y expresa el buen trato.

Todo un artículo aparte ameritaría hablar de la comunicación como vía y vehículo facilitador del buen trato. Sin embargo, siendo precisa y concreta podría indicar que la comunicación familiar debería estar caracterizada por la continuidad, claridad, predominio de la expresión descriptiva de los hechos, escucha atenta y disposición al reconocimiento de la diferencia del otro.

Como toda interacción, ante un continuo accionar familiar bajo las características antes mencionadas, se generaría una reacción de agrado y con ella, una muy natural retribución de la acción bondadosa, es decir, a su reciprocidad, dando lugar a un funcionamiento familiar donde no sólo predominaría el buen trato, sino que sería un funcionamiento que promueve la armonía familiar y con ello, el ser factor de prevención a cualquier problema psíquico y social que pudiesen padecer sus miembros.

El “Buen trato” podría considerarse la “vacuna” a la mayoría de los males sociales y psicológicos, que aquejan a la humanidad.

 

*Paz, C. (2011). Modelo generativo de violencia familiar. Propuesta de la tesis doctoral “Explicaciones intrapersonales, institucionales y culturales de la violencia familiar”. Universidad del Zulia-Venezuela.

Twitter/Instagram: @crispaz05

 

 

Cristina Paz
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