Las mujeres latinas amamos el verano; sin embargo, nuestro cutis puede no pensar lo mismo. Con la llegada del calor, es más probable que las altas temperaturas nos sorprendan fuera de casa, sea en la piscina, playa o simplemente disfrutando del aire libre.
El sol, el aire acondicionado y el cambio de temperatura son algunos de los factores que pueden alterar la salud de nuestro órgano más grande y más expuesto al daño: la piel. Pero no te asustes, existen maneras muy sencillas de disfrutar del calor con una piel saludable y hermosa.
En otra oportunidad, te hemos contado cómo cuidar la piel en otoño e invierno, ya que el cuidado consiente de la piel no solo ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y a que nos veamos más jóvenes y vitales, sino que también evita que contraigamos ciertas enfermedades y malestares.
Primero lo primero: la hidratación. Hemos crecido escuchando los múltiples beneficios que tiene el agua en la salud y este hecho no es una excepción cuando se trata de la piel. Las altas temperaturas afectan la hidratación de nuestra piel, lo cual causa que el cutis pierda elasticidad y que esté expuesto a ciertas afecciones, como la dermatitis atópica1. Consumir dos litros de agua diariamente y de alimentos ricos en agua -como sandía, uvas, kiwi, verduras de hojas verdes, tomate o pepino, entre otros- ayuda a mantener la piel fresca y humectada.
Además, hidratarse y tomar baños de agua fresca son factores claves si se ha sufrido de quemaduras por exposición solar, ya que ayudan a aliviar la irritación y a regenerar las células.
Utilizar un desodorante antitranspirante a base de agua te ayudará a mantener tus axilas hidratadas y a protegerlas contra el mal olor y la sudoración excesiva.
Usa protector solar. Estar bajo el sol durante un tiempo prolongado es una de las causas del envejecimiento de la piel más comunes. Por eso, usar cremas o sprays de protección solar debería estar en nuestra rutina de cuidado de la piel durante todo el año. Si vas a salir, aplica una cantidad generosa de protector solar en toda la superficie de tu piel que esté expuesta al sol -incluso si es un día nublado-. Si vas a nadar, asegúrate de ponerte el bloqueador algunos minutos antes para que la piel lo absorba bien y no se quite con el agua.
Realiza una limpieza facial. La sudoración excesiva o la resequedad que causa el aire acondicionado pueden provocar daños en la piel. Por eso, es esencial hacer una limpieza profunda de la cara y de otras partes sensibles del cuerpo, como las axilas. Utiliza productos refrescantes, en lo posible a base de agua y fabricados con ingredientes naturales, como el aloe vera, el aguacate o el aceite de coco. Asegúrate de elegir un buen desodorante antitranspirante a base de agua para mantener tus axilas frescas, limpias e hidratadas.
Elige ropa cómoda. Si las temperaturas son altas, lo ideal es elegir ropa fresca, preferiblemente de algodón o lino. Intenta evitar telas de poliester, viscosa o mezclilla, ya que pueden irritar y deshidratar la piel. Emplear un gorro o sombrero ayuda a proteger tu cuero cabelludo y conserva la salud de tu cabello en verano.
Ahora que ya sabes estos sencillos trucos para cuidar de tu piel en verano puedes ponerlos a prueba y disfrutar de un cutis fresco, joven y, sobre todo, más saludable.
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