Desde que Gustavo Petro, un político de extrema izquierda, asumió la presidencia de Colombia, varios críticos se preguntan, si sus propuestas de cambio son viables. El incremento sustancial delos impuestos, golpean prácticamente a todos los estratos sociales, sobre todo a la clase media del país, porque graba los salarios a partir de los 10 millones de pesos mensuales. Igualmente, la reforma tributaria de Petro, castiga el bolsillo de los más pobres, dizque, con el llamado impuesto saludable, a todo lo que contenga azúcar de caña, es decir, gaseosas, jugos etc.
También los empaquetados estilo papa frita, las carnes embutidas, y los plásticos de un solo uso, como la leche empacada en bolsas. Pero no menos preocupante es el hecho de que el nuevo gobierno, licencio, saco, o echo, o como se le quiera llamar, a más de 52 generales de carrera. Hombres bien entrenados, entre militares y policías, curtidos en la confrontación directa con las guerrillas, grupos paramilitares, y bandas delincuenciales, con lo que se desarticula uno de los mejores, si no el mejor ejército del mundo, con más de 60 años de experiencia en guerra de guerrillas, que no cualquier país lo tiene.
Pero la pregunta es ¿por qué? Podríamos estar de acuerdo que todo nuevo gobierno, debe venir acompañado por un séquito de súbditos que le hagan el juego, es decir, que le permitan gobernar el país, y sacar a delante sus propuestas. Pero en el caso de las Fuerzas Militares y de Policía, la cosa es bien distinta, porque de ninguna manera estos participan en política, ni pueden asumir posturas políticas como lo manda la constitución colombiana. Entonces, ¿qué es lo que está pasando?
Luego del remesón en la cúpula de la policía, en la militar, y en las agencias de inteligencia, me puse a analizar varias cosas, y las consecuencias que estas decisiones traerán para el país cafetero en materia de seguridad. En total, hasta la fecha van más de 64 altos oficiales despedidos, incluidos los de las agencias de inteligencia. Estos oficiales tenían más 34 años de experiencia cada uno, y su salida necesariamente va a generar un desorden institucional muy grave, porque se puede debilitar la voluntad de combate de otros militares y policías, y al mismo tiempo se le dará espacio a las bandas criminales para que se fortalezcan y se empeore la inseguridad en todas las regiones del país. Pero, si de lo que se trata, es de un cambio de dirección, es decir, de girar la perilla de derecha a izquierda, entonces lo que hace falta, es un cambio de ideología, proceso que puede llevar más de 4 años. Es por esto que me atrevo a decir que la izquierda en Colombia se va a perpetuar en el poder.
Algunos simpatizantes de la izquierda aseguran que se trata de una limpieza obligatoria, pero lo que yo creo es que el nuevo gobierno trata de desmantelar a la Fuerza Pública, cambiar su ideología hacia el ala izquierdista, y para ello era absolutamente necesario enviar a retiro a quienes han luchado contra la criminalidad del país, para imponer un oficialato más congruente con la izquierda a la que Gustavo Petro representa. Los nuevos comandantes tendrán que seguir órdenes opuestas, a las que se venían ejecutando en el gobierno de derecha de Iván Duque, y esa es una condición para su permanencia dentro de las instituciones de seguridad de Colombia. ¿Qué significa esto? Que lo más probable, es que el ejército cambie su roll de perseguir a los grupos guerrilleros, las bandas criminales, y los grupos de narcotraficantes, e igual sucederá con la policía, para convertirse en simples espectadores, para no enojar al nuevo presidente de los colombianos.
En el gobierno Petro dicen que hay que modernizar el ejército, y estoy de acuerdo con ello, pero esta no es la forma, porque se están debilitando los procesos de mantenimiento de la seguridad de todos los colombianos. Para mí, esta es la forma más arbitraria, porque se pueden cometer injusticias con generales que tienen limpia su hoja de vida, y hasta pueden dejar de entrar en combate por temor a ser acusados de alguna violación a los derechos humanos, o los pueden sacar mediante un decreto salido del Palacio de Nariño y sin derecho ni siquiera a chistar. Lo que debería hacer Petro es todo lo contrario y fortalecer a las instituciones de seguridad del estado. Hacer respetar las normas internas y sancionar a los servidores públicos que las incumplen, bajo el debido proceso.
Por ejemplo, el ESMAD o Escuadrón Anti Disturbios, va a desaparecer. Este es uno de los organismos de control que actuó en las famosas manifestaciones que se dieron con motivo del estallido social del 2021, ocasionado justamente por la reforma tributaria del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, del gobierno Duque, por el incremento del IVA a varios productos de la canasta familiar, con la que apropósito no estuve de acuerdo. Esa reforma tributaria es igual a la reforma de Petro que tiene el argumento del impuesto saludable que graba a las bebidas que contengan azúcar de caña, como las gaseosas, los jugos, etc., los empaquetados tipo papa frita, y los embutidos cárnicos como los chorizos entre otros. Lo que se le olvida al gobierno Petro, es que muchas familias de estratos bajos en Colombia terminan sus almuerzos con una gaseosa, porque es lo más barato que pueden comprar para una sobremesa.
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