Comer chocolate no solo es irresistible, es además extraordinario para cuidar el cuerpo, el alma y la dieta
Generalmente, cuando entramos en regímenes de dieta, para adelgazar o para transformar nuestra alimentación a una más saludable, solemos eliminar de nuestra ingesta el chocolate. Ello debido a que lo incluimos en el grupo de los dulces, creemos que nos aumentará la grasa corporal y hasta pensamos que será el causante de la aparición de acné en el rostro. Pero, ¿es correcto satanizar así este delicioso manjar? ¡Buenas noticias! ¡No! Son innumerables los beneficios del consumo de chocolate y aquí les compartiré algunos.
Cuida el buen funcionamiento cardíaco
El chocolate reduce la presión sanguínea, el colesterol malo y el riesgo de sufrir enfermedades del corazón. Inclusive, disminuye las posibilidades de sufrir un paro cardíaco hasta en un tercio.
Alivia el estrés
¿Les ha pasado que después de comer una barrita de chocolate se sienten más relajados y hasta felices? ¡A mí siempre me sucede! La causa es que el chocolate neutraliza a las hormonas causantes del estrés, pues hace que produzcamos serotonina, la misma sustancia que generamos cuando estamos felizmente enamorados.
Protege y embellece la piel
El cacao contiene flavonoides, los cuales contribuyen a la protección de la piel frente a los rayos solares, sin olvidar usar el protector solar diariamente ¡por supuesto! El chocolate es un fabuloso antioxidante que brinda elasticidad e hidratación a la piel.
Ya comentamos que el chocolate reduce la presión arterial, pues es tanto así, que relaja los vasos sanguíneos contribuyendo beneficiosamente a disminuir las indeseadas várices en nuestras piernas.
Es un aliado para perder peso
¡Sí! ¡Se lee muy loco decir que el chocolate puede ayudarnos a perder peso! Pero es la realidad. El chocolate produce la sensación de saciedad y llenura, reduciendo considerablemente los antojos que suelen darnos por comer otros alimentos grasos, salados y hasta dulces, que no tienen contribución positiva alguna al cuerpo sino que más bien nos dan una satisfacción sólo momentánea, perjudican nuestra salud y son los culpables de esos kilitos extra que nos atormentan.
Previene la diabetes
Increíble, pero cierto. Tenemos al chocolate clasificado como un dulce, pero éste no es un simple dulce. Así lo demostró un estudio realizado por la Universidad de Anglia del Este, en Inglaterra. La investigación tomó como muestra a 2000 mujeres sanas a quienes se les practicó una prueba sanguínea antes de la ingesta de chocolate. Durante una semana, las féminas estuvieron consumiendo una barra de chocolate obscuro diariamente. Al finalizar el período de prueba, se les examinó otra vez, quedando en evidencia que demostraron menos resistencia a la insulina y una mejora de la regulación de glucosa en la sangre.
Todo ello gracias a los flavonoides, presentes en el cacao del chocolate. Aún se está investigando si, además de la prevención de diabetes, el chocolate podría también ser parte del tratamiento de esta enfermedad. ¡Esperemos que pronto tengamos noticias positivas al respecto!
Estimula al cerebro
El chocolate no sólo nos acaricia el alma, también lo hace con nuestro cerebro. De acuerdo a una investigación desarrollada por la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos, al comer chocolate se aumenta la velocidad de respuesta del cerebro y la memoria a corto plazo.
Asimismo, la Universidad de Nottingham en Inglaterra, demostró con un estudio que el flavonoide presente en el cacao, aumenta el flujo sanguíneo hacia el cerebro hasta por 4 horas una vez ingerido el chocolate, lo que mejora el rendimiento cognitivo y el estado de alerta.
Entonces, luego de leer estas maravillosas propiedades acerca del chocolate, ¿qué haremos? ¿Vamos a correr a la venta de dulces más cercana, comprar todo el chocolate posible y atiborrarnos de éste hasta ya no poder comer más, con la firme convicción de que eso nos ayudará a fortalecer nuestro corazón, lucir espléndidos y ser más inteligentes? ¡No, no, no!
El chocolate es muy beneficioso, de eso no queda la más mínima duda, pero no cualquier chocolate: El ideal es el chocolate obscuro, también conocido como chocolate negro. Ello debido a su alto contenido de cacao, que –por ende- también tiene una alta dosis de los bondadosos flavonoides. Igualmente, lo más recomendable es que el chocolate, además de ser obscuro, sea sin azúcar. Si no estamos acostumbrados a ingerir este tipo de chocolate, al principio nos puede parecer amargo. Sin embargo, después de un par de probadas, nuestro paladar se acostumbrará a su sabor y –aún mejor- nuestro organismo estará recibiendo los favores generados del chocolate.
El chocolate más apropiado es aquel que contenga al menos un 70% de cacao. No obstante, como todo en la vida, los excesos y los extremos son negativos. Por ello, no se puede abusar de la ingesta del manjar producido por el Theobroma cacao, nombre científico del árbol de cacao. Consumir dos cuadritos del referido chocolate al día es suficiente para gozar de sus saludables beneficios para nuestro cuerpo y, por supuesto, para nuestra alma.
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