El domingo pasado, 16 de diciembre, me perdí Miss Universo por primera vez en mi vida. Aunque vivo fuera de Colombia desde hace más de trece años, por lo general las páginas de internet de los medios de comunicación me lo recordaban cada año y así buscaba la transmisión en los canales gringos.
Recuerdo que Miss Universo se convertía en una tertulia telefónica con mi mamá o amigas que duraba dos horas, a la cual mi esposo le huía con vehemencia debido a mis gritos.
¿Pero cómo no? ¡Nada más emocionante, por ejemplo, que ver en vivo y en directo a dos Señoritas Colombia coronadas Miss Universo, batiendo la bandera tricolor sin darse cuenta de que el fallo leído por Steve Harvey estaba equivocado!
Sin embargo, parece ser que este año Colombia entró en la lista de los países desarrollados en los que Miss Universo es un programa más de entretenimiento. Ahora, si esto pasó con el certamen internacional, el preludio fue la casi desaparición del certamen a nivel nacional, especialmente del Canal RCN.
Desde que tengo memoria recuerdo el Reinado Nacional de la Belleza en Cartagena de Indias. Por lo general eran dos semanas en las que el derroche y el despilfarro brillaban con luz propia en los incontables desfiles y fiestas privadas en las que la política y la farándula se llenaban la panza y las arcas.
El reinado era un verdadero monumento a la injusticia social. Las delegaciones de cada gobernación llevaban hasta el perro y el gato con todos los gastos pagos y las candidatas se vestían con trajes de lentejuelas que costaban millones de pesos.
¿Y quién pagaba la cuenta? El pueblo. Al fin y al cabo, era más importante coronar una reina sin trono ni súbditos, que dotar los hospitales y escuelas o terminar las obras de infraestructura en todo el territorio nacional.
Así mismo, si bien es cierto que el certamen de belleza generaba altísimos ingresos para La Heroica derivados del turismo, también exacerbaba problemas que jamás fueron atendidos ni resueltos como el tráfico humano y la prostitución infantil.
Bien sea por falta de presupuesto por parte de RCN o falta de interés de la audiencia, aplaudo que en Colombia se les esté acabando el reinado a los reinados, los cuales se han convertido en la última plataforma del movimiento progresista para juzgar, no la belleza, sino la libertad de pensamiento y expresión.
A pesar de todo debo admitir que los reinados son divertidos y respuestas como la de la Señorita Antioquia 2009 a la pregunta “¿Usted cree que la mujer es el complemento del hombre?” son inolvidables y ¡nos alegra el día a cualquiera!
A mis fieles lectores, les deseo una Feliz Navidad y que el Niño Dios bendiga sus hogares.
- La voz de la chicharra, un cuento de Xiomara Spadafora - abril 27, 2020
- Teletrabajo: ¿Cuál es su verdadero reto? - abril 1, 2020
- Coronavirus: ¿Cuál es la naturaleza del miedo? - marzo 17, 2020