Estas modificaciones han significado un reto importante para los estrategas del Marketing, los cuales han tenido que adaptar no solamente sus técnicas y herramientas de trabajo, sino el contenido de los mensajes generados para impactar a sus grupos objetivos.
Desde hace una década aproximadamente, hemos podido visualizar cómo los valores y las normas culturales han venido dando un cambio vertiginoso en la sociedad. Basta con sentarse a hablar con cualquier niño para darnos cuenta cuán distinto es su razonamiento respecto al que nosotros pudiésemos tener a su edad. De hecho, es muy frecuente escuchar frases tales como: “¡Fin de mundo!”; “En mis tiempos no era así”; “En mi época no me dejaban hacer eso” y un largo etc. Cabe destacar que estas frases no provienen necesariamente de abuelitos que- sin duda alguna- han presenciado muchos eventos en su larga vida, sino de adultos contemporáneos que –sin ser unos ancianos- han sido testigos e inclusive experimentado cambios en las reglas del juego llamado sociedad.
Quizás alguien que me lee podría pensar que soy exagerada y que la sociedad no ha cambiado tanto así. ¡Pues yo estoy convencida de que sí y mucho!
Para evidenciarlo, creo que es importante traer a colación el tema de los valores. Lo que hace diez años atrás asumíamos como un valor, no necesariamente le damos la misma importancia hoy en día. Y aunque los valores varían de una familia a otra, la abundancia o carencia de algunos, se vislumbra a nivel general.
Por ejemplo, lo que los padres esperaban de sus hijos en otrora, no es lo mismo que aspiran hoy en día. Antes, cuando un niño estaba inmerso en una reunión de adultos, éstos podían conversar plácidamente, pero el niño tenía el deber de permanecer callado. El obedecer la distancia de “conversación de gente grande”, era visto y aplaudido como un gesto de respeto. En la actualidad, está bien visto que un niño interactúe dentro de una conversación de adultos, expresando inclusive su opinión aunque ésta pueda contrariar a alguno. ¿Por qué ese cambio? Porque hoy en día los padres desean que sus hijos sean abiertos, espontáneos y extrovertidos y que esto le sirva como base para ser un adulto seguro de sí mismo cuando crezca. Los papás prefieren ser vistos como figuras amistosas y de confianza, que de autoridad que denotan un rígido respeto.
Valores Vs Marketing
Otra demostración de los cambios que se han generado en nuestra sociedad, es el cuidado del peso y la alimentación. Anteriormente, cuando un bebé o un niñito tenía robustez en su cuerpo, no era visto como gordo, sino como sano. Entre más rollos y cachetes tuviese, más saludable se consideraba. Sin embargo, actualmente, cuando un niño presenta estas características, se piensa que el niño tiene sobrepeso y es llevado al médico para que entre en tratamiento y obtener un peso ideal. En realidad, antes la mayoría no tenía idea de cuál era su peso idóneo y hasta se desconocía lo que era índice de masa y grasa corporal. Mientras que en nuestros días, el foco en el peso no sólo es objetivo para los padres de los niños, sino en los adultos en general.
Todo ello debido a que el tener un buen peso ya no está asociado estrictamente a la parte estética, a poseer una buena figura, sino que es consabido que está ligado a una buena salud. Y para llegar a ese estado es posible con una alimentación sana y algún tipo de actividad física. La persona con sobrepeso es calificada como una persona enferma, y la mayoría social no desea tener ese tipo de adjetivos.
Los ejemplos planteados son apenas una muestra de los cambios que nuestra sociedad ha tenido en la última década. Sin duda alguna, estas modificaciones en los patrones de valores y normas sociales han significado un reto importante para los estrategas del Marketing, los cuales han tenido que adaptar no solamente sus técnicas y herramientas de trabajo, sino el contenido de los mensajes generados para impactar a sus grupos objetivos.
Los padres de hoy en día no esperan solamente que sus hijos se diviertan. ¡Ellos también quieren divertirse junto a sus hijos! Los papás no sólo aspiran a que sus niños sean excelentes estudiantes con máximas calificaciones, también quieren y valoran que sus hijos tengan destrezas sociales y manifiesten con sus conductas cuán felices son.
Asimismo, el empoderamiento que se la otorgado a un peso saludable ha desatado la fiebre del fitness, y con ello la multiplicidad de información para llevar una dieta saludable, así como infinidad de opciones para ejercitar el cuerpo. Todo aparagüado en una vida de bienestar.
Estos casos y otros tantos son maravillosas oportunidades para el trabajo de Marketing, siempre y cuando la óptica de la estrategia esté en sintonía con el target. La empatía, además de ser uno de los valores muy promulgados en estos últimos diez años, también debe ser lo que reine al momento de crear planes de Marketing. Es fundamental ser empáticos, pues esto nos garantizará que nuestro mensaje está en una real sintonía con los intereses de nuestro público objetivo.
Lamentablemente, no podemos obviar que algunos de los cambios que se han dado recientemente en la sociedad no han sido necesariamente en pro de los valores, sino que ciertos de ellos conllevan más bien una falta de los mismos y la generación de antivalores. Esto también representa un reto para el Marketing, ya que se tiene la oportunidad no sólo de crear estrategias que impulsen las ventas de determinado producto y/o el aumento de recordación de alguna marca y/o el éxito de un evento, entre otros, sino también -en paralelo- se está teniendo en las manos la oportunidad de promulgar los valores y las normas culturales que impulsen una sociedad más pacífica, más tolerante y hasta más feliz. No olvidemos que la principal oportunidad que tenemos para promover los valores la tenemos en nuestra propia casa. ¡Vamos a recordarlo cada vez que compartamos con nuestra familia!
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