Boris Izaguirre, el famoso presentador de televisión y escritor, de origen venezolano con nacionalidad española en entrevista con La Nota Latina nos confiesa cómo percibe la vida, más allá de los flashes, de la movida nocturna, la farándula y las noticias del corazón. Fuera de cámaras, la vida es mucho más compleja y él no es ajeno a todas sus imperfecciones.
A temprana edad ya Boris Izaguirre sabía quién era y qué quería ser. Nacido en un hogar evolucionado, con padres excepcionales –Rodolfo Izaguirre, quien fuera director de la Cinemateca Nacional de Venezuela- y Belén Lobo, bailarina de ballet clásico y danza contemporánea, se sintió amado y aceptado. Así que no es de extrañar, con semejante herencia, que en plena adolescencia incursionara en los medios escritos y por la puerta grande, con el principal periódico del país, El Nacional, donde “Animal de frivolidades”, su columna de título fuerte y sugestivo, fue la mejor iniciación en el mundo periodístico.
De allí que hablemos sobre precisamente la frivolidad, algo que Boris conoce muy bien: “Hemos sido buenos compañeros de viaje. Creo que la frivolidad ha sido una lupa desde la cual mirar el mundo y mi tiempo con más precisión y distancia”.
Con toda su efervescencia y más allá de la fama, hay algo en lo que Boris no da tregua, sus padres. Siempre presentes: “Mis padres son mi universidad. Mi academia, mi escuela. Pero jamás impusieron nada, nos dejaron ser a cada uno de mis hermanos y que eligiéramos lo que más nos convenía en cada momento”.
Su gusto por lo complicado
Desde sus inicios Boris Izaguirre fue abierto. Declararse homosexual en una sociedad de medias tintas no sería fácil, pero él marcó su camino y se impuso: “Es muy difícil ser sincero, sobretodo porque la mayoría de las veces escogemos no serlo para no complicarnos la vida. Pero a mí me gustan las dos cosas, la sinceridad y la complicación”.
¿Te reasignarías el sexo? A lo Cait Jenner, le preguntamos: “Nunca me he sentido atrapado en un cuerpo al que no pertenezco. Me gustaría tener el físico de un atleta, sin duda pero no lo soy. Defiendo completamente la reasignación de género. Por mi madre conocí muchas personas en esa situación, cuando era muy niño y gracias a su claridad como persona y amiga, entendí perfectamente su explicación”.
Sin embargo, todavía ser homosexual en América Latina es un reto: “Cuando el machismo al fin sea extirpado de la educación civil, todas las minorías encontraremos más comodidad”, sostiene.
Con el tiempo, la vida premió a Boris con un compañero de vida, un esposo, Rubén Nogueira: “Rubén y yo nos conocimos muy jóvenes y nos hemos hecho adultos juntos. Esa es nuestra historia de amor a lo largo de 24 años. Hemos cambiado, batallado, triunfado, perdido y recuperado, juntos. Eso es el amor. Y el matrimonio le ha dado mayor peso y reconocimiento a ese amor”.
España me hizo quién soy
Boris Izaguirre es un excelente guionista y fue libretista de la telenovelas «La Dama de Rosa» y «Señora», escritas por el maestro José Ignacio Cabrujas para Radio Caracas Televisión, las cuales tuvieron un rotundo éxito en la Televisión Española. Así que sin perder tiempo dejó Venezuela y se radicó en Santiago de Compostela. Colaboró con los guiones de programas como “Inocente”, “Inocente o El súper” . Y sería España quien le llevaría al estrellato y a convertirlo en una personalidad mediática.
Participó con apariciones en programas como “Moros y Cristianos”, “La noche por delante y Más Madera de Telecinco”. Sin embargo, sería el director y presentador Javier Sardá quien le haría la oferta fundamental que transformó su carrera, cuando apareció en “Crónicas Marcianas”. Su personaje tocaba temas sexuales sin tapujos y sus polémicos desnudos fueron legendarios.
Allí, en España se consolida: “España es mi país porque me descubrió, me hizo y me constituyó. Lo que más me gusta de España es el sentido del humor, que está allí en los momentos buenos y en los malos. Y soy de muchas de sus ciudades, es verdad que vivo en Madrid. Pero quiero mucho a Barcelona. Y a Bilbao. Y a Santiago y Vigo porque en una conocí a Rubén y en la otra nació él”.
Entre libros y pasiones
Si a los 16 años Boris Izaguirre destacaba con su desenfada pluma en un periódico, a los 26 ya tenía publicada su primera novela, “El vuelo de los Avestruces”. Luego en España publicó “Azul Petróleo” y desde entonces, no ha parado. Más allá de las cámaras, las alfombras rojas, los destellos de los flashes, sigue escribiendo. El éxito le vino con “Villa Diamante”, finalista del Premio Planeta 2007. Cuenta además con varios ensayos.
“La mayoría de mis novelas se basan en un hecho o personaje real que luego yo aprovecho para escribir ficción. Me gusta ese coctel. He disfrutado mucho con “Un Jardín Al Norte”, mi última novela, pero creo que es hora de avanzar en otra historia nuevamente. Me encantaría escribir algo que, siguiendo esa receta de verdad/ficción, incorpore un poco más de humor. Alta comedia y melodrama, que son mis géneros favoritos”.
- Un libro de cabecera: Brideshead Revisited de Evelyn Waugh
- Un libro imperdible para leer: La Tía Julia y el Escribidor de Mario Vargas Llosa
- Un libro que ya compraste y estás por leer: Las Cinco esquinas de Mario Vargas Llosa.
- Un autor inmortal: Gabriel García Márquez
- Un autor que te mueva las fibras: Mario Benedetti
Farándula, siempre
El foco de atención de Boris Izaguirre ha sido la vida, y como todo, la farándula también es una parte fundamental. La vida sin noticias del corazón, no tiene sentido.
¿Cuál noticia le ha marcado por su trascendencia? “Muchas. La revista Hola es uno de los elementos más importantes de la cultura española contemporánea. Y además, uno de los más transculturizadores. Hola es una marca conocida mundialmente. La cultura de la celebridad no puede ser estudiada sin Hola. Muchas noticias me han marcado pero recientemente, sin duda, el encarcelamiento de Isabel Pantoja, el juicio a Iñaki Urdangarin y a su esposa, la Infanta Cristina. Y el maravilloso romance de Preysler y Vargas Llosa”.
Ahora que está en Miami, evalúa la farándula latina: “Creo que llegué un poco mayor a la movida nocturna de Miami. Es demasiado informal. Nada empieza a la hora que te convocan. Pero es muy sexy, sí, divertida, derrochadora. Miami me gusta más para trabajar, porque aprendes más de la cultura americana. Y Madrid para divertirse”.
Política, paradoja y estilo, ¿por qué no?
Aunque no es ciudadano estadounidense, votaría por Hillary Clinton. Y explica el por qué en su columna La Paradoja y El Estilo para el diario El País. “La participación de los latinos es importantísima. Los latinos somos los nuevos Estados Unidos, no hay duda. Y me ha llamado mucho la atención la campaña de Hillary, que sin duda es mucho más integradora, moderna, tecnológica y agradable que la de sus contrincantes”. Así le pidan 19 dólares semanalmente.
Boris Izaguirre no olvida a Venezuela, aún en el trance más oscuro que vive su país natal. Le consultamos sobre el panorama venezolano y si percibe un desenlace posible a corto plazo: “No me gusta aventurar nada sobre mi país, porque creo que sufren mucho sin conseguir que la atención mundial se fije en ellos. Siempre he abogado porque se adelanten las elecciones presidenciales”.
¿Alguna vez imaginaste que Venezuela podría vivir algo así, en alguna pesadilla, quizás? “Si. Lo vi muy claramente el día en que decidí marcharme, en marzo de 1992. Me di cuenta que algo muy profundo se había hecho pedazos y que yo no tenía la capacidad para recoger esos pedazos. Y entonces me marché”.
Y la realidad venezolana a pesar de la distancia, lo arropa igual: “Hoy mismo me tocó vivir mi dosis, moviendo cielo y mar para conseguir unos sencillos medicamentos para mi padre. Todos los días recibo mensajes, historias que me conmueven”.
Para Izaguirre, la mayor pérdida que enfrenta la sociedad venezolana de hoy es el respeto: “Sus gobernantes no los respetan. Los han empobrecido, convertido en perseguidores de alimentos, víctimas de una inseguridad descontrolada”.
Nos cabe preguntarle si se perdió el estilo y el glamour, todo aquello que caracterizaba a las mujeres venezolanas. “Es probable que el glamour se evapore. Pero el estilo jamás se pierde. Y la belleza, estoy convencido, cuando es auténtica, jamás desaparece”.
En píldoras
En las redes sociales es activo por sus cuentas oficiales como Boris Izaguirre en Facebook, Instagram, Twitter y Snapchat: “Me divierten mucho las redes sociales, pero les tengo mucho respeto. No me convence mucho emplearlas para temas lucrativos o publicitarios. Las pocas veces que lo he hecho, he notado un descenso en mis seguidores”.
- Tu momento más cómico en la TV Española: Confundirme con el nombre de Mónica Naranjo. En vez dije: Mónica Naranja.
- La parodia que más te gustó fue: De mí mismo, siempre Carlos Latre. Su Boris es mucho más elocuente y divertido que yo.
- Erika de la Vega es: Una apasionada y una profesional sin parangón.
- Los Oscars 2016 fueron: Muy Académicos. Pero me gustó el premio de Mejor Película a Spotlight. La película y su tema lo merecían.
- El mensaje de los Oscars sobre el papel de los negros en el cine fue: Estupendo. Es importante que las minorías aprendan a reírse de sí mismas. Ya lo decían mis personajes en Dos Monstruos Juntos.
- Si fueras mujer, que actriz serías o en qué mujer te gustaría convertirte: Mi hermana Valentina dice que por más mujeres que quisiera parecerme siempre terminaría pareciéndome a mi prima Maritza Izaguirre, una mujer muy, muy seria que ha sido incluso ministra de Economía en Venezuela.
- Empiezo mi día: Escribiendo. A veces en mi ordenador y otras en el Whatsapp.
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