Con acento bonaerense, matizado de la cadencia caraqueña, una sonrisa en la piel y la dulzura de las frutas y las flores del trópico, Belkis nos cuenta la historia de amor de su vida que comenzó con la pasión por un hombre de negocios francés, Rolando Gunst, quién no sólo conquistó su corazón, sino que la llevó a entregar su vitalidad a la mesa de una familia judía, radicada en Argentina, a quienes prendó con sus platos de jovencita católica enamorada. “Comencé a trabajar en empresas multinacionales como auxiliar contable que me sirvió para fortalecer mi personalidad y darme cuenta de lo que quería y reconocí una gran enseñanza de mi casa: ética, responsabilidad, respeto, lo más importante para enfrentar la vida”.
Recuerda que entro en una familia con otra cultura y costumbres religiosas. «Al principio fue difícil la aceptación, pero poco a poco, a través de la gastronomía los fui conquistando. Me sumergí en la cocina judía, sus usanzas y tradiciones, después fui incorporando las mías. Cenábamos el 24 y 31 de Diciembre en casa, lo celebraba como en Venezuela con árbol de navidad incluido”.
Y el amor se multiplicó con la llegada al mundo de sus tres razones de vida: Gerardo, Fabían y Nicol Gunst Pestano, quienes fusionaron no solo los paladares, sino plantaron las semillas de una nueva familia multicultural en suelo latinoamericano.
Las ollas eran lo de ella
La quinta hija del matrimonio de Eloy Felipe Pestano Cachazo y Blanca Elena Carballo Mijares, se crio en medio de la algarabía de cuatro hermanos: Isaura, Mirian, Alfredo y Alida. Belkis comenzó en las lides culinarias desde muy pequeña, como una manera de consentir a sus seres queridos.
La cocina tiene una dosis de maternidad e inspiración para Belkis. “Recuerdo a mi madre siempre cocinando, todo giraba en torno a la mesa: cumpleaños, semana santa, fiestas de diciembre, los acontecimientos importantes y felices, lo compartíamos en torno a la mesa. Era una forma de amarnos”.
“Tenía 7 años y recuerdo estar haciendo la merienda para mi tío Juan Carballo, quien visitaba a mi mamá un día a la semana y yo lo esperaba con “arepas”, huevo frito y café. ¡Qué merienda! El santo de mi tío se lo comía con gran ternura y amor, porque su sobrina lo preparaba. Esto marcó mi vida y en los momentos difíciles lo recuerdo, me fortalece para continuar”.
Pestano hizo un recorrido en avión de seis horas y media a otro mundo. “Emigrar para mí no fue traumático, lo hice con la emoción de una veinteañera. Deje una vida, mi historia y con el tiempo, tomé lo bueno y superé lo malo. Por supuesto, extrañé y extraño a mis afectos familiares y lo más amado por mí, el mar”.
“Argentina es un país maravilloso, se crean familias del alma, te adoptan con el corazón. En Buenos Aires, comencé la carrera de economía que me dio herramientas de organización y planificación y me hizo dar cuenta que las ollas eran definitivamente lo mío”.
A finales de la década de los 80, en Venezuela y Argentina, la carrera de chef y los colegios gastronómicos eran una novedad. “Ser chef estaba de moda, muchos pensaron que era una carrera fácil, glamurosa, conceptos totalmente erróneos. El que quiera dedicarse a la gastronomía debe vivir, soñar y amar para cocinar y estará completo”
Para Pestano Gunst, los momentos de más estrés es cuando más creativa y productiva se convierte. “Mi esposo dice siempre que cocino muy bien, pero que cuando estoy bajo presión, es sorprendente”, nos relata entre risas.
Y es un atributo que fortalece uno de los sueños de esta chef, quien se ha ganado un sitial en la cocina argentina por sus fusiones y sus maneras de reinventar en tiempo récord, platos de difícil elaboración. “Mi primera experiencia en la televisión fue una representación especial en la Semana de Latinoamérica. Me tocó por supuesto Venezuela y realicé el plato típico: Pabellón Criollo y Asado Negro, es un recuerdo maravilloso”.
En el canal Gourmet, Belkis participó en el emblemático programa “Desafío Gourmet” donde ocupó el segundo lugar, luego de una experiencia de cuatro meses. “Deduje que quería hacer un programa donde expresara todo, un logro que muy pocos extranjeros pueden realizar y me sentí muy feliz al dejar el nombre de mi país, Venezuela, bien representado”.
–¿Qué aportes e influencias ha recibido de las gastronomías de Argentina y Venezuela?
–La cocina venezolana y argentina son maravillosas y distintas entre sí, pero con afinidades, cada una con tradiciones y fusiones, respetando los legados, costumbres y personajes que actuaron en ella. Como en Venezuela, cada estado tiene sus platos representativos, uno más delicioso que otro, acá igual. En Argentina, lo más notorio es la calidad de su carne, espectacular. Y Venezuela destaca por sus pescados y mariscos, inigualables, así como las frutas por la maravillosa geografía que tenemos en el caribe.
Reconoció que las fuentes de inspiración, además de su madre, son Mary Areas Capozo por lo maravilloso de sus comidas, por el respeto a sus tradiciones y por el amor que le pone a su cocina y Ferran Adria Acosta, creador de la cocina Molecular, por su pasión, por no permitirse los límites, por ser infinito.
La Felicidad esta en sus platos
”La cocina es simple, un lugar maravilloso donde se puede crear, consentir, deleitar, amar, abrazar, apaciguar, sorprender, al comensal en el cual se aprende y recibe de la misma manera”, asegura Pestano Gunst.
“Mi primer plato fue el pabellón criollo: carne mechada, arroz, granos negros, plátanos fritos y arepas. Comencé la preparación mediante recetas, pero más por recuerdos de como yo veía a mi madre hacerlo. Cuando la estaba preparando, me encontré llorando de emoción, a través de los olores y sabores logrados, me trasladé a la cocina de mi madre, a una edad específica, a mi historia. Eso transmite la gastronomía. Luego otro plato preferido es el rissoto italiano, quiche lorent, tarta de masa quebrada de queso gruyer y tocineta o panceta, comida francesa. Cada plato tiene en mí una relación afectiva”.
Para esta mujer entregada a su pasión, los días son oportunidades de realizar su gran sueño: un programa de televisión y un restaurante donde el comensal pueda estar dentro de su cocina. “Seguir siendo feliz en mi cocina y expresarlo en mis platos es mi mayor prosperidad. En la actualidad me he dedicado a cenas privadas, un servicio muy personalizado, donde me deleito en complacer a mis comensales con todo tipo de gastronomía”.
“He realizado cocteles para 250 personas con óptimos resultados. En una etapa de mi vida trabaje con un grupo de dos chefs y realicé una cena para el ex-presidente argentino, Carlos Saúl Menen, y su anfitrión el doctor Blaquier, presidente de la empresa Ledezma, una de las más grandes azucareras del país, una experiencia intensa y maravillosa”.
“Hace 8 meses desafié a la vida y en medio de un reto profesional, me arriesgue a reestructurar un restaurant delivery. Modificamos la carta, los espacios, la organización de área, del trabajo, el manejo de productos y no menos importante, cambios progresivos del personal. Actualmente tengo a dos chef venezolanos, un orgullo”.
Belkis Pestano Gunst, hija, hermana, esposa, madre, amiga, sigue llevando alegría, júbilo, gozo y deleite a los paladares de los argentinos y a todos aquellos, quienes han encontrado en sus platos el amor a la vida y el tributo a las tradiciones. “Mi tarea como madre: amor, exigencia y dedicación; como esposa: contención, comunicación, trabajo día a día. Y con mi pasión a la gastronomía: aprendizaje, lucha, ilusiones, logros. Es difícil expresar todo lo que asume una mujer que trabaja para alcanzar sus sueños, dividirse en mil pedazos. Es no estar cansada y seguir, pero la verdad tenemos una capacidad impresionante de vivir todos los roles y lo logramos y vamos logrando”.
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