“Ella en un club de tenis, yo a veces juego billar,
ella almuerza en el Lina, yo en un comedor social;
tiene en su residencia un sauna, una piscina,
en mi pensión dos cubetas para mojarme la vida;
ella en bienes raíces hereda la capital,
yo tengo que hacer magia para trabajar…
Pero el amor se anida y no sabe de cuentas,
y cada día que pasa, yo me enamoro de ella…”.
Así reza parte de la segunda estrofa musical del popular tema “Me enamoro de ella” interpretado por el célebre Juan Luis Guerra, haciendo alusión al otrora Restaurant Lina situado en el hotel homónimo, que durante años sirvió como punto para grandes encuentros sociales y conocido tradicionalmente como una suerte de santuario de la gastronomía hispana; desde sus comienzos por los años cincuenta, cuando Marcelina Aguado De La Rosa, conocida cariñosamente como “Doña Lina”, fundó su restaurante y acuñó elogios de prestigiosos medios del hemisferio, tales como: The New York Times, The Wall Street Journal y el Miami Herald; entre otros.
Doña Lina fue una española que llegó a Quisqueya a cocinarle al entonces mandatario Rafael Leónidas Trujillo, responsable de someter a los dominicanos por más de 30 años a una de las dictaduras más sangrientas del mundo. “El Chivo” como también era conocido, disfrutaba de grandes banquetes y de la comida de calidad, pero lo que en verdad le fascinaba eran el sancocho de gallina, el arroz con pollo y el requesón. El gusto excéntrico de Trujillo lo llevó a tomar decisiones, tal vez nunca vistas en el país, con el fin de satisfacer su paladar y fue así como en una visita que le hiciera a su homólogo español, el dictador Francisco Franco, probó un cocido y su fascinación por aquel platillo fue tal, que se trajo consigo al país a Lina, la cocinera que lo preparó, habiéndose enamorado de la particular receta elaborada en su honor.
Cuentan los más allegados según la historia, que Doña María Martínez -esposa del “Jefe”- desconocía la existencia de Lina en su casa y al enterarse inmediatamente la despidió. Agradecido con ella, Trujillo le regaló 25 mil pesos, que en esa época significaba mucho dinero, los cuales le sirvieron para iniciar su propio negocio. Fue así como “Doña Lina” en 1954 instaló una churrasquería y una cafetería. Con el paso del tiempo fue ampliando el establecimiento, para más tarde convertirse en un restaurante de comida española, que incluso llegó a figurar en la prensa estadounidense como uno de los mejores 50 restaurantes del mundo.
Luego Doña Lina se trasladó a la avenida Máximo Gómez y abrió otro restaurante donde hoy está situado el hotel Barceló Santo Domingo. Aquel restaurante con el tiempo fue creciendo y en 1973 pasó a ser un pequeño hotel de 66 habitaciones, pero contando siempre con el apoyo de su fiel clientela. A finales de 1984 se amplió para convertirse en el Gran Hotel Lina y Casino, hasta julio de 1989 cuando pasa a manos del grupo de hoteles de la cadena Barceló Internacional. Durante todos estos años de la historia del Lina, se han hospedado las personalidades más relevantes que han pasado por el país y por supuesto, al igual que Trujillo, sucumbieron ante la tentación de los platillos servidos por Doña Lina.
DEL ANTIGUO LINA AL MODERNO BARCELÓ
Este establecimiento, uno de los más emblemáticos y tradicionales de Santo Domingo pasó por un profundo proceso de reforma y modernización de sus instalaciones a finales de 2010, a manos de la cadena española Barceló y a llamarse simplemente Barceló Santo Domingo; con el fin de adecuarse a los nuevos tiempos para brindarle a todos sus visitantes el más acogedor ambiente, donde se incluyeron nuevas áreas especialmente diseñadas con calidez y vanguardia. El hotel está dirigido tanto para el viajero de negocios, por sus servicios de planta ejecutiva y oferta de salones, así como para el turista en su visita a la ciudad por su variada oferta de entretenimiento y ubicación privilegiada: frente al Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, a pocos metros del Teatro Nacional, el Museo Nacional y la Plaza de la Cultura; así como muy próximo a centros comerciales y a poco kilómetros de la mágica Zona Colonial.
Las habitaciones son bastante modernas y conversando con algunos ejecutivos del hotel, aseguran que el lugar ofrece diferentes tipos de alojamiento, que van desde las estándares hasta las más exclusivas, tales como: la Junior Suite Club Premium, Master Suite Club Premium, Suite Presidencial Club Premium, y Superior Club Premium.
Precisamente en el Club Premium del Barceló Santo Domingo, tuve la oportunidad de hospedarme durante mi última visita y disfrutar las ventajas que ofrece este servicio para sus huéspedes más exigentes, que incluye un check in y check out personalizado en el noveno piso, donde también hay una acogedora sala que sirve como lobby y donde también pueden obtener servicio de internet. Posee además una pequeña sala para reuniones de 5 a 7 personas, ofrecen desayuno continental y un variado snack servido de 6 a 10 de la noche con algunas bebidas espirituosas, quienes tienen acceso exclusivo a esta área pueden disfrutar del jacuzzi que se encuentra en la terraza y disfrutar de la imponente vista o relajarse en un pequeño sauna.
LO ATRACTIVO DEL BARCELÓ SANTO DOMINGO
En mis incontables visitas a Santo Domingo y procurando mantener el affaire que me ata a esta ciudad, son varias las ocasiones en las que me he instalado en este recinto 5 estrellas, como uno de los hoteles con mayor tradición y prestigio de la ciudad. El Barceló Santo Domingo está compuesto por un total de 216 habitaciones con todas las comodidades: aire acondicionado, teléfono, TV por cable, servicio de habitaciones, mini bar, nevera, servicio de lavandería y caja fuerte sin cargo. Las habitaciones junior suite, sénior suite y la suite presidencia tienen su propio jacuzzi. Además cuenta con áreas comunes y servicios tales como: casino, piano bar, gimnasio, increíbles piscinas con snack bar, gift shop, spa, además de espaciosos salones para fiestas y convenciones.
Su restaurante más exclusivo es el «Kyoto», considerado como uno de los mejores del país, especializado en gastronomía japonesa a la carta y goza de reconocimiento internacional, enmarcado en un sobrio y elegante salón para degustar los más exóticos platillos de esta gastronomía milenaria,.durante la hora de almuerzo y cena completamente a la carta. En un ambiente mucho más En En un ambiente mucho más relajado y ameno está “B-Delicious Buffet & Restaurant”, con lo mejor de la cocina local con una variada y muy extensa oferta que va desde desayuno, almuerzo y cena con un menú de altísima calidad, aunado a un servicio cordial -tan característico de los dominicanos- que definitivamente dan el toque amigable para sentirse plácidamente como en casa.
Las noches en Barceló Santo Domingo también tienen su encanto. Al caer la tarde el moderno y acogedor Piano Bar abre sus puertas con la excusa perfecta: el infaltable Happy Hour para darle paso a la contagiante música en vivo de martes a domingo al son de la estupenda orquesta de planta, por supuesto, con los más cadenciosos ritmos tropicales. Contiguo al Piano bar está el “Cigar Lounge”, ideal para fumadores en un ambiente clásico y elegante, en el que los huéspedes podrán fumar o beber una agradable cóctel mientras disfrutan de la música en directo; sin perderse los por menores del lugar. Y para los que quieran probar suerte, el Casino es otra opción para entretenerse, gracias a sus magníficas instalaciones completamente equipadas con tradicionales mesas de juego y las adictivas, pero a veces muy bondadosas máquinas tragaperras.
El Barceló Santo Domingo no solamente está pensado para el viajero de negocios, también es un hotel familiar ya que cuenta con dos magníficas e inmensas piscinas ubicadas en el primer piso del hotel, una bañera de hidromasaje termal para vivir una reconfortante experiencia en el agua, luego de haber pasado una noche de fiesta o simplemente dejarse seducir por el sol caribeño en sus confortables tumbonas y gracias a su ubicación, también disfrutaran de una impresionante vista hacia la ciudad.
Hablando de relax, el “Wellness Center” es un espacio único, con una atención de primera línea y con personal altamente calificado en tratamientos anti-edad y preventivos, masajes, cosmética y belleza en general, tanto para damas como para caballeros. Mientras que el “Fitness Center” cuenta con una zona equipada con máquinas especializadas para quienes mantener sus rutinas de ejercicios sin que las vacaciones hagan estragos en su cuerpo.
Ya para finalizar y esperando que estas líneas sean de utilidad para ustedes, me invade la nostalgia de vivir todas estas experiencias; especialmente si son como yo, amantes de la gastronomía y la vida nocturna, porque encontrarán en el Barceló Santo Domingo una completa opción en la capital del merengue. Y aunque pase el tiempo y nuevas generaciones sigan disfrutando de sus instalaciones, siempre seguirá siendo llamado cariñosamente entre los dominicanos como “El Lina”… Si no me creen, hagan la prueba y cuando pidan un taxi simplemente díganle: “Lléveme al Lina” y llegarán a su destino.
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