Andrea Saladrigas tiene solo 21 años y quiere, a través de Master Honey, revolucionar a los Estados Unidos, impactando en la calidad de vida de las mujeres al convertirlas en dueñas de su propio negocio y, al mismo tiempo, aumentar la población de abejas a nivel nacional.
De su papá Sergio Saladrigas, propietario de empresas dedicadas al procesamiento de la miel, Andrea aprendió sobre el curioso e interesante mundo de las abejas, de la apicultura. Hoy, con tan solo 21 años de edad, no solo quiere seguir el camino de su progenitor, sino que creó su propio negocio, Master Honey, con la visión de empoderar a la mujer de bajos recursos y convertirla en dueñas de su propio negocio a través del néctar que producen los diminutos insectos.
La bella joven, estudiante de negocios y dinámica emprendedora, todo un ejemplo a seguir, mostró su inquietud de crear este negocio porque se fijó que la mayoría del personal de la empresa de su padre eran mujeres y que, además, eran las mejores trabajadoras. “La apicultura es un trabajo de paciencia y las mujeres lo somos. También nos dimos cuenta que cada día crecía más las solicitudes de mujeres que querían iniciarse en este negocio”.
–¿Cómo pueden participar las mujeres en este programa?
–Nosotros les proeevemos de todos los recursos y educación necesaria para que comiencen sus micro empresas en la apicultura y puedan tener colmenas de abejas en los patios o techos de sus casas, es decir, no requieren de ningun tipo de inversión. Durante el año, estas mujeres reciben educación constante a través de videos, asistencia telefónica y supervisión directa.
–¿Cuáles son los beneficios?
–Nosotros las certificamos y les compramos toda la miel que produzcan y luego la comercializamos con la historia de la mujer productora.
Además de que en los envases va la historia de emprendimiento de la mujer y les compran directamente la producción, la visión altruista de Andrea es revolucionar Estados Unidos: “Nuestra meta es tener un alcance gigantesco en donde logremos tener un impacto en la calidad de vida de las mujeres y que podemos mejorar el medio ambiente aumentando la población de abejas a nivel nacional y reducir el déficit en la producción de miel”.
Un requisito indispensable es que las mujeres no deben ser alérgicas a las abejas y tener al menos 64 pies cuadrados de espacio en sus patios o techos. Una vez que estos requisitos están cubiertos, pasan por un entrenamiento básico de apicultura. Luego se les colocan de cuatro a seis paneles en sus casas.
Las mujeres y las abejas
Andrea no para de alabar su interesante y novedoso proyecto para empoderar a las mujeres, de hecho, ella considera que las mujeres y las abejas tienen similitudes. “Un 95% de una colmena está conformada por hembras, por lo tanto, el proyecto con estas señoras es una imitación de lo que es una colmena, un grupo de mujeres aportando una gota de miel para crear todo un mundo nuevo. Las dos trabajan en equipo, entienden de una manera instintiva el término de colaboración y en que la fuerza esta la unión”.
–¿Qué es lo más difícil de este negocio?
–Romper el estigma que poseen las mujeres con las abejas, pero en el momento que les demostramos lo beneficioso que es esta industria no solo por el aspecto económico sino por la salud y el aporte positivo al medio ambiente, es como que descubrirse un mundo nuevo.
–¿Por qué este emprendimiento es para mujeres y no para hombres?
–Las mujeres han probado tener por naturalidad una mayor tendencia a ser metódicas y pacientes en la apicultura, pero eso no quita que los hombres tengan un gran aporte y que demuestren estas cualidades también.
–¿A dónde piensa llegar Master Honey?
–Queremos llegar a tener un alcance nacional. Nuestro primer objetivo es tener más de 2.000 mujeres empoderadas en los próximos 6 años, esto representaría una ayuda millonaria a las economías locales y de gran bienestar para las comunidades. Hasta ahora tenemos registradas tres, pero esperamos llegar a 25 en la primera semana de marzo.
Andrea se define como una emprendedora social que quiere cambiar el mundo en donde vive de una manera positiva y demostrar que todo lo que desean esta fuera de su zona de confort. Su mayor éxito es lograr revolucionar esta industria que no ha visto mayor cambio en los últimos 150 años, al mismo tiempo ofrecerle un impacto positivo en las mujeres que se atrevan a incursionar en el mundo de la apicultura.
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