Hace poco me encontré con un gran amigo, Ronald Dellacqua, después de cuatro años sin vernos. Decidimos reunirnos para poner al día nuestras vidas y disfrutar de un café. Él ha sido el fotógrafo de nuestros eventos más importantes, incluyendo el del concurso “Cuéntale tu Cuento a La Nota Latina”.
Durante nuestra conversación, hablamos de la familia, de los amigos en común y de los proyectos. En un momento, Ronald me pregunta:
―Mary, ¿cómo van los preparativos para la décima edición del concurso?
Lo miro y le respondo.
―En plena organización, pero te confieso que diez años es un buen número para dejarlo hasta allí ―le respondí, sin pensarlo.
Él me mira y, con cierto reproche en su voz, me dice:
―Pero Mary, a un hijo, no se le abandona a los diez años. Tienes que seguir adelante. Ese concurso es tu pasión, tu amor. No puedes rendirte. Es parte de tu esencia. Si lo dejas morir, una parte tuya también muere.
Esas últimas palabras fueron un dardo certero a mi corazón. Era el mensaje que necesitaba para revitalizarme y volver a tomar la espada de la perseverancia que no me ha abandonado en ninguno de mis proyectos. Nos miramos con ojos acuosos y le agradecí sus palabras.
Solo las personas que han estado muy cerca de este concurso, como Ronald, saben lo difícil que ha sido mantenerlo durante diez años sin interrupciones. Encontrar patrocinadores que apoyen y entiendan la importancia de estas iniciativas, e incluso que los participantes lo promuevan en sus redes sociales o asistan a recoger sus diplomas, ha sido un desafío. Ha requerido mucho esfuerzo, tiempo y compromiso.
Entonces, ustedes se preguntarán, ¿por qué sigues? La respuesta es: por amor. Amo cada una de las cosas que hago, más allá del tema económico, que obviamente es importante, porque sin ello no podríamos seguir con nuestros emprendimientos y pagar nuestras facturas, por ejemplo, y también porque mientras existan personas que crean en nuestra cultura como un vínculo para transmitir conocimientos y mantener viva nuestra identidad, seguiremos. Además, la vida se trata de servir, porque cuando haces las cosas desde tu alma sientes un río de agua fresca corriendo dentro de ti.
En consecuencia, este concurso es como otro hijo para mí, metafóricamente hablando. Durante estos diez años lo he protegido, cuidado y consentido. Siento un profundo amor y orgullo por «Cuéntale tu Cuento a La Nota Latina». Es mi legado de amor para las futuras generaciones, quienes a través de los libros que producimos cada año conocerán sus raíces, los lugares de donde vinieron sus padres, sus abuelos.
Si algunos de ustedes, empresarios, emprendedores o amigos quieren unirse a esta gran fiesta de amor por nuestras letras y cultura, no duden en contactarme por este mismo correo. Hoy iniciamos la convocatoria que culminará con la entrega de premios el 28 de octubre, cuando finaliza el Mes de la Herencia Hispana.
Dejemos que sea Dios quien dicte su última palabra. Precisamente, al abrir la Biblia, ese gran libro al que siempre hacemos referencia, encontré la respuesta: “Deja en manos de Dios todo lo que haces, y tus proyectos se harán realidad. Todo lo que Dios hace tiene un propósito; ¡hasta creó al malvado para el día del castigo!” Proverbios: 16:3-4
Gracias, gracias, gracias por leerme, compartir nuestros relatos y publicitarse con nosotras. Recuerden que aquí estamos para redactarles una nota de presentación, la entrevista que les ayudara a potenciar sus marcas, llevarles sus redes sociales desde cero o escribirles su historia y convertirla en un libro.
Pueden leer en La Nota Latina/ La Nota-Latina.com
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