Ya llega el 2018 y seguro ya están reflexionando en los propósitos que desean cumplir en el año nuevo. Y como siempre, nos preguntamos si de verdad en este nuevo comienzo de la larga lista de resoluciones cumpliremos al menos un 50%. ¿A qué se debe que siempre que expresamos deseos no cumplimos?
Un objetivo no es un deseo
Primero habría que distinguir entre objetivos y deseos. Solemos ser muy generales y nada precisos. Cuando nos toca definir dejamos de lado el ser imprecisos y comenzamos a valorar lo que sí queremos alcanzar. Nos suele pasar que pensamos en un deseo y lo usamos como excusa para no tomar decisiones y/o no iniciar acciones. Al no tener claridad en nuestras aspiraciones nos paralizamos en nuestras acciones.
Para concretar un objetivo debemos pasar de expresar un deseo a definir qué es lo que queremos de un modo que podamos medir cuantitativa y/o cualitativamente. Así podemos visualizar las metas y poder trabajar en ellas, algo que nos ayuda a ganar tiempo y maximizar el uso de los recursos.
Si nuestro deseo es ganar más dinero, un objetivo sería subir nuestros ingresos en un porcentaje fijo mensual. Si deseamos conseguir un nuevo empleo, el objetivo sería determinar el área y el tipo de empresa en donde queremos trabajar y luego buscar información de empleos para mandar un curriculum vitae en un lapso de tiempo determinado. De nada nos vale desear si no nos movemos en la dirección adecuada.
Más que una lista de deseos, haz una lista con metas que sí puedas cumplir.
Cuando llega el fin de año y tomamos un descanso, dedicamos un tiempo para evaluar cómo nos ha ido, qué cosas logramos y cuáles no. Algunos conservamos la lista de deseos del año pasado y por allí medimos nuestros avances o el cero avance, si es que la lista está intacta.
No hay que sentirse deprimido por ello. Hoy seguro es un buen día para establecer tus metas y trabajar por ellas.
Sigue estos parámetros, que pueden orientarte para lograr que tu lista de este año sí sea viable y logres alcanzar todos tus propósitos.
- Date una dosis de realismo: ¿qué es lo realmente importante para ti? Sé razonable y plantea cosas que sí puedas lograr.
- Toma papel y lápiz: Escribe lo que realmente consideras un propósito válido y déjala en un sitio a la mano para que siempre puedas verlas.
- Sé detallista: Plantea tus propósitos lo más detallado posible. Si quieres viajar: define un lugar, busca los costos de viaje, alojamiento y comida, plantea un tiempo definido en el año, menciona los sitios que quieres conocer, recorta fotos y pégalas en la lista.
- Cifras: Cuantifica en término de tiempo, date plazos para lograr y evaluar tu evolución.
- Límites: En esta lista ponle fechas límites a cada objetivo, así podrás motivarte.
- Usa un planificador: Esta herramienta te ayudará a visualizar tus recursos y necesidades en cada paso.
- Evalúa: Cada cierto tiempo revisa tu evolución, una evaluación de tus logros o fracasos te permitirá redefinir tu estrategia y optimizar tu plan de acción.
- Celebra: Sé agradecido contigo mismo cuando alcances aquello propuesto. Habrás trabajado mucho para lograrlo y vale la pena recompensarte.
- Disciplina: Recuerda que todo en la vida es fruto del trabajo, del esfuerzo, la organización y la visión sobre lo que se quiere. Mantente firme en tus proyectos, confía en ti mismo y ten la seguridad que en un plazo razonable aquello por lo que te esfuerzas con un poco de disciplina, amor y decisión se logra.
Por @ecnaproasesoria en Twitter, Facebook e Instagram
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