La Organización de Estados Americanos (OEA) fue creada en 1948 y en 2001 estableció la Carta Interamericana Democrática que tiene como objetivo preservar este sistema en todos sus estados miembros. La Carta Democrática fue firmada el 11 de septiembre de 2001 (el mismo día de los atentados de Al Qaeda en Estados Unidos), por todos los cancilleres del continente y el evento oficial para presentarla se hizo en Lima, simbólicamente, por el precedente del autogolpe de Alberto Fujimori en 1992.
Si bien este documento expresa, explícitamente, el principio de no intervención, también dice, sin precisar, que en caso de gestiones diplomáticas infructuosas se “adoptarán las medidas necesarias” (Artículo 20). ¿Y cuáles son las “medidas necesarias”? A nadie se le ocurrió determinarlas.
En África, la organización en donde todas sus naciones están representadas se llama Unión Africana (UA) y tiene como función tomar decisiones importantes que ocurran a nivel del continente con más dictaduras en el mundo.
Aunque la Unión Africana tiene la potestad de intervenir en conflictos del continente no fue esta organización, sino un sub-bloque comercial llamado Comunidad Económica de Estados de África Occidental, el que decidió ejecutar una intervención militar en Gambia, en enero de este año, para derrocar a la dictadura de 22 años del islamista Yahiya Jamme, quien no reconoció la victoria del opositor Adama Barrow en elecciones de diciembre de 2016 que le robó con fraude.
Esto equivaldría a que “Mercosur” o la «Comunidad Andina”, es decir, un bloque económico sin objetivos políticos declarados, se apreste a detener la represión y violación constitucional en un país miembro.
Así las cosas, en enero de 2017, tropas de Senegal, Nigeria, Ghana y Mali invadieron Gambia y obligaron al régimen a dejar al poder para que el presidente electo – juramentado en Senegal –pudiera ejercer sus funciones.
[ot-video type=»youtube» url=»https://www.youtube.com/watch?v=Q7m1J7ELrxc»]
¿Por qué la OEA, con la Carta Interamericana, no defiende con todas las opciones, incluida la militar, a países que son víctimas de masacres como las que está ejecutando la dictadura chavista en Venezuela?
¿Cómo es que ningún organismo americano posee instrumentos para activar algún tipo de intervención hemisférica, mientras una organización comercial africana sí lo hace en su continente?
Ante una situación de tragedia humanitaria por escasez, violencia contra población civil, y condiciones límite de supervivencia como la que sobreviven los venezolanos, el principio de “no injerencia”, tan cacareado por gobiernos de la OEA que se conforman con discursos condenando a la dictadura chavista, no es un principio de respeto a la soberanía, sino una justificación a la indiferencia.
Se equivocaron quienes redactaron en la Carta Interamericana de la OEA que cuando en nombre de la defensa de la democracia en América Latina prohibieron la intervención para salvar vidas y esta organización debería emular la forma como la Unión Africana ha asumido el dilema entre el derecho a la soberanía vs. el resguardar la vida, seguridad y derechos de libertad de poblaciones víctimas de dictadores o de grupos violentos en estados fallidos.
En 2002 la Unión Africana adicionó al principio de no injerencia establecido en la carta fundacional de su organismo un nuevo principio: el de intervención humanitaria en lo que han llamado “la responsabilidad de proteger” a poblaciones víctimas de la violencia, el terror o cualquier tipo de situación que atente contra su supervivencia.
El principio de la responsabilidad de proteger nace de la noción de que países africanos están obligados a intervenir cuando estados soberanos no protegen a sus propios ciudadanos o bien por ser dictaduras violentas o por ser estados fallidos, con sistemas de gobierno disfuncionales. A partir de este principio, tropas africanas entraron a Burundi en 2003; a Sudán, en la zona de Darfur, en 2006, por el genocidio de su régimen islamista contra cristianos; a Somalia en 2007 hasta hoy, en donde soldados de varias naciones africanas protegen a su endeble gobierno de terroristas, señores de la guerra, etc.
Es hora de que América Latina adopte el principio de responsabilidad de proteger para impedir las neo-dictaduras electas democráticamente que luego se perpetúan en el poder y se convierten en regímenes tiranos.
Lo contrario al principio de no injerencia o intervención es indiferencia, justificada por estatutos desfasados que provocan derramamiento de sangre y crisis humanitarias como los que hoy padece el pueblo venezolano.
Fuente: Ariel Segal, analista internacional.
- Adsmovil anuncia el estreno de sus nuevos canales fast romance y suspenso - noviembre 22, 2024
- Miami será sede de “Blind & Wine,” una experiencia sensorial única para el Día Internacional de las Personas con Discapacidad - noviembre 20, 2024
- Navigating Dos Mares: Un podcast para hijos adultos de inmigrantes hispanos que buscan un lugar de pertenencia - noviembre 14, 2024