Cuando, tras de tantos decenios de andar, una tarde cualquiera uno se detiene a pensar en sus desaciertos. A veces, bien valdría un volumen de cuentos, en especial si no se quiere silenciar los obvios o esconderlos en un espeso lenguaje retórico. Tanta espantosa rutina o lodo con el que uno se tropieza. Al escribirlos, la aventura anárquica se transforma en cierta forma de orden. El poema es este trayecto inconcluso con más de algún asombro.
Un breve inventario de arrepentimientos
Esta tarde, un primer movimiento,
tiempo sin urgencia,
La represa tiene un desborde,
Se abre paso como si un dedo
Hiciera un agujero.
En mi ábaco imaginario cuento
Mis arrepentimientos.
Platón, Bacon, la lectura incompleta de la Biblia,
Tener entre mis libros uno de Coelho.
La fuerza que cubrió mi fragilidad.
No haber recogido los restos de algunos naufragios.
La agilidad no utilizada y el paso al enfado.
Temor, indiferencia ante algunas verdades.
El trayecto está inconcluso,
Seguiré contando. Mantra no es necesario.
A brief inventory of regrets
This afternoon, one first movement,
time with no urgency,
The dam overflows,
Pushing through like a finger
Making a hole.
In my imaginary abacus, I count
My regrets.
Plato, Bacon, the unfinished reading of the Bible,
Having Coelho amongst my books.
The strength that concealed my frailty.
Not having collected the remains of certain shipwrecks.
The wasted agility and giving way to anger.
Fear, indifference to certain truths.
The journey is incomplete,
I will keep counting. Mantra not required.
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