La historia afroamericana finalmente tiene su museo en EE.UU | La Nota Latina

La historia afroamericana finalmente tiene su museo en EE.UU

El Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, que inaugurará el primer presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos el próximo 24, ha tardado más de un siglo en abrir sus puertas.

Darkus Burke Freeland recordaba que su padre, Jesse, recibió un violín del hombre al que pertenecía. Su labor como esclavo era la de entretener a su dueño, su familia y sus invitados. Gracias a la donación de sus descendientes, ahora el violín forma parte de los más de 4.000 objetos que retratan la historia y la cultura afroamericana de Estados Unidos en el primer museo nacional dedicado a la trayectoria de esta comunidad, desde la esclavitud hasta la presidencia de Barack Obama.

El Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, que inaugurará el primer presidente afroamericano de la historia del país el próximo día 24, ha tardado más de un siglo en abrir sus puertas desde que en 1915 un grupo de veteranos afroamericanos de la Guerra Civil propusiera una iniciativa para albergar sus aportaciones a la nación. Y lo hará en un lugar privilegiado del National Mall de Washington, considerado “el jardín de América” y enclave de una veintena de museos dedicados a la historia del país. Su misión, en palabras de su director Lonnie Bunch, es “contribuir a que cada estadounidense, todo el mundo, entienda mejor la trayectoria de los afroamericanos y cómo ésta cambió a América”.

“La única manera de corregir un error es arrojar sobre él la luz de la verdad”. Estas palabras de la periodista y sufragista Ida B. Wells presiden una de las salas del museo y expresan su misión. El por qué lo recuerda Maya Angelou en la galería principal: “Con los obsequios que heredé de mis ancestros, yo soy el sueño y la esperanza del esclavo”. Y Bunch, el encargado de hacer realidad el sueño del museo, ha tardado más de una década en recopilar los trazos de una de las historias más dolorosas del país y conseguir situarlos después bajo un mismo techo.

Darkus Burke Freeland recordaba que su padre, Jesse, recibió un violín del hombre al que pertenecía. Su labor como esclavo era la de entretener a su dueño, su familia y sus invitados. Gracias a la donación de sus descendientes, ahora el violín forma parte de los más de 4.000 objetos que retratan la historia y la cultura afroamericana de Estados Unidos en el primer museo nacional dedicado a la trayectoria de esta comunidad, desde la esclavitud hasta la presidencia de Barack Obama.

Museo de la Historia

El trayecto que harán las 10.000 personas que espera recibir el museo cada día es un recorrido desde las sombras hasta la luz. Nada más entrar, los ascensores descienden a los visitantes hasta el siglo XV, cuando decenas de barcos esperaban en puertos de África para cargar los esclavos que serían llevados hasta América. En galerías subterráneas, prácticamente a oscuras, la muestra narra el episodio más doloroso y desgarrador de la historia del país, que llegó a contar con cuatro millones de personas esclavizadas —el 20% de su población— cuatro siglos después.

Por el camino, en ascenso hasta el nivel del suelo, siguen la lucha por la libertad, la emancipación, la segregación y la lucha por los derechos civiles. Es la historia de cómo los afroamericanos definieron el verdadero significado de la libertad, según los creadores del museo, en una exposición que “desafía a los visitantes a que se replanteen la noción de libertad como algo que no fue concedido a los afroamericanos, con todos sus privilegios y responsabilidades, sino que tuvieron que ganársela”.

La colección ha tardado más de una década en tomar forma, según Bunch, gracias a donantes que “si no podían entregar dinero, querían entregar su experiencia”, como ocurrió con el violín de Jesse Burke. El director del museo asegura que el gobierno federal cubrió la mitad de los 540 millones que ha costado y el resto llegó de donaciones privadas de figuras como Oprah Winfrey —entregó 13 millones de dólares y el teatro principal del museo lleva su nombre—, Samuel L. Jackson, Kobe Bryant o la fundación familiar de LeBron James. En total, respondieron a la llamada “más de 100.000 donantes que han dado desde un dólar hasta varios millones”, lo que supone un récord para la institución.

El museo, según sus creadores, careció de fondos durante décadas, hasta que en 2003 el Congreso aprobó la ley que le dio luz verde. Su visión siempre fue la misma: crear un espacio en el que recordar la historia de la comunidad afroamericana y contar “cómo esa experiencia ha cambiado la definición de ser americano”, en palabras de Bunch.

El director de la institución, que abrirá sus puertas en Washington rodeada de celebraciones en toda la ciudad, recalcó su importancia en un momento “crucial” para la historia del país. “El racismo no es algo del pasado y este centro ayudará a entenderlo”, afirmó David Skorton, secretario de la Smithsonian Institution a la que pertenece el museo, quien defendió que sus pasillos serán un nuevo espacio de diálogo en una ciudad acostumbrada a la división. “Los museos pueden tocar y cambiar vidas, transformar a las personas que los visitan”.

Fuente: elpais.com

Marybel Torres
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